Los smartphones como herramienta pedagógica
en la producción impresa, radial y audiovisual de la coordinación de
recursos para el aprendizaje
El presente siglo trae consigo numerosos
elementos y características muy particulares dirigidas a la consolidación de
comunidades inteligentes que den respuesta a la sociedad del conocimiento
consolidada en algunas latitudes a nivel mundial. Cambios culturales,
tecnológicos y científicos, dan paso a la interculturalidad, la globalización, a informatización obligando
a los centros educativos a incorporar se tomar partida de estos cambios
vertiginosos. En tal sentido, es necesario que los procesos educativos de
enseñar y aprender se renueven y adapten a todos estos avances desde los
primeros niveles de formación.
Al respecto, Stevenson (2004) plantea
que “uno de los aspectos más reconocidos, en relación con las características
de la realidad que se está viviendo… se refiere a que la sociedad y, por tanto,
el sistema escolar- está sometido a una permanente transformación en todo orden
de cosas” (p.8). El acelerado desarrollo en los ámbitos científico y
tecnológico implica cambios desde
el punto de vista social, político, cultural y
económico, lo cual conlleva modificaciones en las formas de trabajo, de vida,
de educación y de formación profesional, entre otras cosas. No obstante, los
países iberoamericanos están aún lejos de los industrializados, en lo que se refiere
a producción, comercialización, crecimiento económico, tecnológico y
científico.
Así mismo, la educación Latinoamericana busca incorporar en los
diferentes países, una educación multilateral, concebida en diferentes
direcciones, tanto a nivel cultural, social y tecnológico, lo cual demanda una
formación integral de los estudiantes y una capacitación actualizada para los
docentes, a fin de que éstos respondan a los requerimientos intelectuales y
tecnológicos que la sociedad de la información demanda. Tal como lo plantea la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2010) cuando afirma que la educación contribuye a
la construcción de un mundo sostenible donde las sociedades deban ser justas,
equilibradas, que valores las conductas y el conocimiento de los individuos,
para que defienda la paz y sus derechos, así podrá compartir con otras culturas
en un mundo mejor.
Por otra parte, según la publicación de la Comisión Económica Para
América Latina y el Caribe, CEPAL (1992) “los rezagos en el eje
educación-conocimiento comprometen posibles avances en otros aspectos de la
incorporación y difusión del progreso técnico”(p.17), pues particularmente
en el avance de un país, la educación es la base fundamental para consolidar el
desarrollo, de ahí que, el proceso
educativo debe ir a la par de los cambios y necesidades sociales, el avance de
la ciencia y tecnología.
Ante el expedito progreso de las tecnologías, es menester que
los docentes formadores se sientan implicados en una carrera persistente para
estar al día en relación a los cambios
que se están provocando en su contexto cercano. En este sentido, los educadores
deben aprender cómo utilizar las
tecnologías de la información y las comunicaciones y aprovecharlas al máximo en
la enseñanza, ayudando al mismo tiempo a los estudiantes a utilizarlas para
rendir al máximo sus propias competencias y habilidades.
No son las tecnologías
por si solas las responsables de la producción de grandes diferencias en la
construcción del conocimiento en la sociedad.
En esta sociedad del conocimiento justamente el docente desde su ejercicio
profesional debe formarse para tener pericia en el empleo de la Tecnología de
la Información y las Comunicaciones (TIC), de esta manera se hace un ser partícipe
y en diálogo dentro de la edificación colectiva fundamental, la educación.
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