martes, 22 de julio de 2014

Me lo conto mi Mama.

Mi mama me contaba que su tío hermano de su mama (mi abuela), le contaron que un toro de casi noventa y tantas arrobas, estaba en las montañas solo y era cimarrón, mi tío abuelo decidió hacer una promesa a la Virgen del Carmen,  y le exclamó mirando al cielo, ¨virgencita si logro agarrar ese toro, con los cueros de las bola te hago un mechurrio para que te alumbre siempre¨, paso el invierno y regreso el verano de la sabana llanera.

A mediado del verano, mi tío abuelo, apero el caballo y se fue en busca del famoso animal que todos los hombres y mujeres del caserío conocían como una leyenda y, cada vez eran menos los que aventuraban en la búsqueda  del espectacular, enorme y tosco cimarrón, pero este llanero de menudo tamaño quería saber la diferencia entre la leyenda y la verdad de la existencia del mejor vacuno de aquellos lados, que se mantenía solitario y reinante en los paraje de Santa Elena.

No fue mucha la espera en la mañana de aquel domingo el rojo sol levanto su cortina y los rayos del sol calentaban las alas del sombrero de paja y cinta blanca que cubría sus ojos curiosos de este cazador, levantado con ganas de continuar la búsqueda, tomo una vieja totuma y se arrimó  a la  batea de madera del amplio patio de la casa antigua del hato, donde unos corozos pando y cargados dejan ver sus racimos alargado como para el engorde de cochinos, se coloca una pella de chimo y monta sobre su caballo.

Al medio día se levantan la polvorera a lo lejos, era una mancha de cochinos que huían al notar la presencia  del hermoso ejemplar color azabache, de cachos encomejenaos de porte inalcanzable, pero mi tío abuelo se  acomodó el sombrero apretando el cordón en la parte debajo de la mandíbula y apretando los talones sobre la montura con los dientes apretado grita fuerte ¨con la gracia de la Virgen del Carmen este toro será mío¨, más tarde hombre soga caballo estaban en la tierra, el objetivo  estaba alcanzado, el animal apenas resollaba, la cuerda lo tenía a maniatado de tal forma que no existía manera alguna de soltarse.

Pero nada es imposible, mi tío abuelo, tocando los cuadriles llenos de carnes y lustrosos de la pureza, pronuncio lo impronunciable; ¨La Virgen del Carmen se alumbrar con otra lámpara, pues lo que soy yo no le pagare la promesa¨, en cuestiones de segundos el toro se desamarro y se macho sin más nunca tener rastros de aquel legendario animal de los lugareños dicen que se lo trago la tierra, y mi viejo tío abuelo murió muy anciano contando esta vivencia, que para muchos es cuestión de palabra y para otros es faltar a lo prometido.   Eloy Valentín Gil Gómez.


PD: La palabra acaba con todo, el compromiso es primero, el cumplir por encima de todo, no falles para que no te fallen.


¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección. Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amén.

 




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