Eloy Valentín Gil Gómez CNP 17801.- Monseñor José Hernán Sánchez
Porras, obispo castrense del Ministerio del Poder Popular para la Defensa,
oficio la misa de confirmación en la
Iglesia Chiquinquirá de la población de Lobatera, los comulgantes son todos
integrantes de la promoción 98 de la Esguarnac Michelena, que luego de un
encuentro con la fe y dos años de preparación se alistaron para recibir el
Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo en la Hostia y estar en gracia
de Dios y libres de pecado mortal.
El ciudadano General de Brigada
Rafael Gerardo Mirabal Herrera, director de la Escuela de Formación del Guardia
Nacional, acompañado del estado mayor,
personal docente, administrativo, obrero, alumnos integrantes de las promociones 99 y 100, padrino, familiares y
creyentes en la fe católica de la comunidad, escucharon la misa como el pan de vida, para luego reflexionar ¨Aquel,
pues, que come la vida, no podrá morir, porque ¿cómo había de morir el que
tiene por alimento la misma vida?¨.
El prelado castrense Sánchez
Porras, invito a los presente al acto de adoración con un llamado de esperanza ¨ ¡Señor!, te
adoro y te reconozco como mi Creador, Redentor y soberano Dueño¨, antes de que
los jóvenes y sus padrinos pasaran al frente para el encuentro con el Dios y
Señor Nuestro, obteniendo la comunión espiritual donde la persona se une
personalmente a Cristo en el momento de la redención del Santo Sacrificio.
Una vez terminados los acto
religiosos tomo las palabras el ciudadano Director, para agradecer al digno
visitante por sus consejos espirituales para el cambio de la sociedad
necesaria, e invitar a los presente a
unirse en la fe, recordando la parábola donde "Una vez salió un sembrador
a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del
camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno
pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no
era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no
tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos
crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y
dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que
tenga oídos, que oiga".
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